Según ha informado la prensa,
La situación de un elevadísimo ratio de activos/capital en el sector financiero ha sido la norma en España, Europa y Estados Unidos.
Puesto que ahora se habla de la "consolidación" del sector (que suma capital o fondos propios pero también activos), parece importante considerar que una mayor concentración puede aumentar el tamaño del problema en el futuro si no se establecen límites al crecimiento. En algunos casos, dichos límites llegarán tarde, y así lo han señalado algunos autores en relación con el tamaño del balance de algunas entidades financieras que supera en varias veces el PIB de su país.
Esto es lo que sobre la cuestión ha propuesto el Premio Nobel Gary Becker:
“La gravedad de esta recesión ha provocado llamamientos a un incremento de la regulación del sector financiero y a cambios en la regulación actual. Algunas normas nuevas son deseables, pero la clase de las mismas debe ser una respuesta al reconocimiento de que los reguladores fallaron en esta crisis porque no usaron la autoridad que tenían para imperar en parte de la exuberancia del inversor.
La pretensión de que la crisis se debió a un insuficiente nivel de regulación no es convincente
Una vez salgamos de esta crisis, pero antes, opino que requisitos de capital deberían imponerse a los bancos de inversión, fondos de cobertura y otras instituciones financieras en forma de ratios máximos de activos/capital. Una ventaja de tal requisito es que puede operar automáticamente sin exigir a los reguladores decisiones discrecionales. El extremadamente alto ratio de apalancamiento en las instituciones financieras durante los pasados años creó una inestabilidad fundamental en el sector financiero en cuanto a su capacidad para responder a importantes perturbaciones en el sistema más que a perturbaciones de cada entidad. Limitar el ratio de activos/capital prevendría los altos apalancamientos que contribuyeron al colapso de muchas instituciones financieras como consecuencia de la las caídas bruscas en los valores de los activos de su titularidad.
Su colapso condujo a una masiva y continuada inyección de fondos públicos en estas compañías.
Una vía de evitar la probabilidad del problema “demasiado grande para caer” es imponer ratios más elevados de activos/capital a las grandes entidades financieras. Esto es introducir un conjunto progresivo de requisitos de capital frente a activos que se incrementaría a medida que se incrementa el tamaño del Banco o entidad financiera. En la medida en que no podrían expandirse mucho más allá de su base de capital, las grandes entidades financieras estarían mejor preparadas para abordar las perturbaciones agregadas al sistema financiero.
Tal sistema progresivo de requisitos de capital también reduciría los incentivos a ser grandes en la medida en que impondría un impuesto sobre el hecho de ser grande. En un entorno en que las grandes firmas son protegidas por el gobierno contra su fracaso, y en el que su fracaso contribuye al de otras entidades financieras interconectadas, los incentivos decrecientes a ser una gran entidades financiera son deseables porque el coste que las mismas imponen a cada cual es demasiado elevado.”
http://www.becker-posner-blog.com/archives/2009/03/financial_regul.html
Lo pequeño también sería hermoso en las finanzas y evitaría que el tamaño pueda ser usado para tomar como “rehenes” a los contribuyentes futuros. Demasiado tarde, sin embargo, otra vez.