“La experiencia nos debería enseñar a estar en máxima alerta para proteger la libertad cuando los propósitos del gobierno son benéficos … los mayores peligros para la libertad residen en la insidiosa incrustación de hombres fervorosos, bienintencionados pero sin entendimiento”. Olmstead v. United States, 277 U.S. 438,479 (1928) (Brandeis, J., voto particular)
No parece que esta cuestión pueda considerarse legalmente zanjada en nuestro país.La misma afecta a la existencia o no del derecho constitucional a que un adulto capaz y en posesión de sus facultades rehuse el tramamiento médico en el momento en que este debe dispensarse o anticipadamete antes de perder sus facultades por la propia enfermedad o decisión libre.
En los Estados Unidos, el Tribunal Supremo la abordó en el caso Cruzan y allí se reconoció sin ambages dicho derecho, aunque no se reconoció el derecho de los familiares a decidir por la ausencia de una prueba clara y convinecente de los deseos previos de la propia Cruzan en estado vegetativo.Después de la decisión del Tribunal Supremo, los familiares propocionaron nueva evidencia y Cruzan dejo de ser mantenida artificialmente con vida.
Estas son las consideraciones generales de la mayoría del Tribunal (el caso se decidiónpor 5-4) y un extracto del voto disidente del Juez Brenan:
1. La Constitución de los Estados Unidos no prohíbe que Missouri exija que la prueba acerca del deseo de alguien impedido sobre la retirada de un tratamiento prolongador de la vida proceda de una evidencia clara y convincente.
(a) La mayoría de las cortes de los Estados han basado el derecho a rehusar el tratamiento en el derecho del common-law a un consentimiento informado o bien en aquel derecho y en el derecho constitucional a la privacidad.
(b) una persona capaz tiene un interés de libertad protegido bajo la Claúsula de Proceso Debido a rehusar el tratamiento médico que no quiera. Sin embargo, la cuestión de si ese derecho constitucional ha sido violado debe ser equilibrada ponderando ese interés contra los intereses relevantes del Estado. A efectos de este caso, se asume que una persona capaz tendría un derecho constitucional protegido a rehusar la nutrición e hidratación preservadora de la vida. Esto no significa que un apersona incapaz tenga el mismo derecho, puesto que no puede hacer la decisión voluntaria e informada que ejercite ese derecho hipotético o cualquier otro. Mientras Missouri ha reconocido que bajo ciertas circunstancias un representante puede actuar por el paciente al elegir la retirada de la hidratación y nutrición y así causar la muerte, ha establecido un procedimiento de garantía para asegurar que la acción del representante se ajustara tanto como sea posible a los deseos expresados por el paciente mientras era capaz.
2. La Corte suprema del Estado no cometió un error constitucional al concluir que la evidencia proporcionada en el juicio no representaba una prueba clara y convincente de que Cruzan hubiera deseado la retirada de la nutrición e hidratación.
3. La Claúsula de Proceso Debido no requiere que un Estado acepte el “juicio subrogado” de los miembros próximos de la familiaen ausenciade una prueba sustancial de que sus planteamientos reflejan los del paciente.
Rehnquist, C.J., delivered the opinion of the Court, in which White, O'Connor, Scalia, and Kennedy, JJ., joined. O'Connor, J., and Scalia, J., filed concurring opinions. Brennan, J., filed a dissenting opinion, in which Marshall and Blackmun, JJ., joined. Stevens, J., filed a dissenting opinion.
Voto disidente del Juez Brenan (extracto):
“The right to be free from medical attention without consent, to determine what shall be done with one's own body, is deeply rooted in this Nation's traditions, as the majority acknowledges. See ante, at 5. This right has long been "firmly entrenched in American tort law" and is securely grounded in the earliest common law. Ibid. See also Mills v. Rogers, 457 U.S. 291, 294, n.4 (1982) ("the right to refuse any medical treatment emerged from the doctrines of trespass and battery, which were applied to unauthorized touchings by a physician"). "'Anglo-American law starts with the premise of thorough-going self determination. It follows that each man is considered to be master of his own body, and he may, if he be of sound mind, expressly prohibit the performance of lifesaving surgery, or other medical treatment.'" Natanson v. Kline, 186 Kan. 393, 406407, 350 P. 2d 1093, 1104 (1960). "The inviolability of the person" has been held as "sacred" and "carefully guarded" as any common law right. Union Pacific R. Co. v. Botsford, 141 U.S. 250, 251252 (1891). Thus, freedom from unwanted medical attention is unquestionably among those principles "so rooted in the traditions and conscience of our people as to be ranked as fundamental." Snyder v. Massachusetts, 291 U.S. 97, 105 (1934). [n.5]
See, e.g.,Canterbury v. Spence, 150 U.S. App. D.C. 263, 271, 464 F. 2d 772, 780, cert. denied, 409 U.S. 1064 (1972) ("The root premise" of informed consent "is the concept, fundamental in American jurisprudence, that '[e]very human being of adult years and sound mind has a right to determine what shall be done with his own body'") (quoting Schloendorff v. Society of New York Hospital, 211 N.Y. 125, 129-130, 105 N.E. 92, 93 (1914) (Cardozo, J.)). See generally Washington v. Harper, 494 U.S. , (1990) (Stevens, J., dissenting) (slip op., at 5) ("There is no doubt ... that a competent individual's right to refuse [psychotropic] medication is a fundamental liberty interest deserving the highest order of protection").
(…)
Yet Missouri and this Court have displaced Nancy's own assessment of the processes associated with dying. They have discarded evidence of her will, ignored her values, and deprived her of the right to a decision as closely approximating her own choice as humanly possible. They have done so disingenuously in her name, and openly in Missouri's own. That Missouri and this Court may truly be motivated only by concern for incompetent patients makes no matter. As one of our most prominent jurists warned us decades ago: "Experience should teach us to be most on our guard to protect liberty when the government's purposes are beneficent.... The greatest dangers to liberty lurk in insidious encroachment by men of zeal, well meaning but without understanding." Olmstead v. United States, 277 U.S. 438, 479 (1928) (Brandeis, J., dissenting).