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Sunday, July 1, 2012

SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE ESTADOS UNIDOS

El Trinunal Supremo de Estados Unidos decidió el 28 de Junio el caso sobre el "impuesto por no comprar aseguramiento médico", afirmando en parte la constitucionalidad de la ley del Congreso (impuesto) y rechazando en parte la misma (penalización a los Estados que no se adhirieran al programa de extensión de Medicaid).

La cuestión del Impuesto la resumíamos así en Marzo de 2010:

"Desde un punto de vista jurídico la principal cuestión que ha sido objeto de debate hasta la fecha es la de si la sanción o gravamen a pagar por la falta de cumplimiento del mandato individual de aseguramiento (695 dólares anuales) es un impuesto o multa no autorizado por la claúsula que autoriza a establecer impuestos al legislador federal para el “general welfare” o no autorizado por la “claúsula de comercio” que autoriza regulaciones dirigidas directa o indirectamente a regular el comercio interestatal, entendiendo por tal también los servicios.

Las opiniones favorables y contrarias sobre esta cuestión se han recogido por el
New York Times y por otras publicaciones, en especial por el debate entre Rivkin y Casey y Balkin. También por los economistas que se han pronunciado a favor y en contra de las nuevas medidas.

En general, el gravamen o sanción por la falta de aseguramiento pretende incentivar el aseguramiento por aquellos individuos que preferirían autoasegurarse por considerar que el coste de su riesgo futuro será inferior al pago acumulado de primas de aseguramiento. La norma por el contrario entiende que la ampliación del “pool” de riesgos y asegurados permitirá a los aseguradores privados una mejor gestión del riesgo y una disminución de los costes globales.

El aspecto teórico interesante es que si los individuos no pensaran que conocen sus probabilidades de enfermedad entonces tendría sentido establecer un “pool” de riesgos forzados puesto que el mismo constituiría par todos los asegurados una solución óptima de Pareto (ninguno perdería y la posición global mejoraría) Este es también el criterio de justicia de Rawls en el supuesto de un “velo de ignorancia” sobre las condiciones futuras. Por el contrario, si se considera que los individuos tienen razones para no asegurarse porque tienen información que les permite considerar que su riesgo futuro no exige el aseguramiento actual, entonces los obligados al aseguramiento estarían realizando una transferencia de renta propiamente impositiva en beneficio de quienes obtengan los fondos federales que derivan de la sanción y/o se beneficien de las subvenciones federales a los programas de salud.

La peculiaridad de la situación es que el impuesto o sanción se configuraría como un gravamen sobre la percepción del grado de salud del individuo y no sobre otras manifestaciones de su renta. En la propuesta del Congreso- no aprobada- el impuesto se configuraba como un impuesto sobre la renta del 2,5% con un techo de la “prima nacional promedio (de aseguramiento) para el ejercicio fiscal en curso”.

El Tribunal Supremo ha decidido en la forma indicada por 5-4, con el voto favorable y decisivo del Chief Justice Roberts, lo que ha sorprendido debido a la normal inclinación del Chief Justice con la minoría en esta Sentencia.

La decisión muy extensa plantea cuestiones interesantes por la naturaleza peculiar del "impuesto", que tampoco se admite constituya un impuesto directo (lo que habría obligado a distribuirlo entre la población de los Estados).

Estos son los resúmenes de la opinión de la mayoría y de la minoría:
Justice Roberts concluded:
The Affordable Care Act is constitutional in part and unconstitutional in part. The individual mandate cannot be upheld as an exercise of Congress’s power under the Commerce Clause. That Clause authorizes Congress to regulate interstate commerce, not to order individuals to engage in it. In this case, however, it is reasonable to construe what Congress has done as increasing taxes on those who have a certain amount of income, but choose to go without health insurance. Such legislation is within Congress’s power to tax.
As for the Medicaid expansion, that portion of the Affordable Care Act violates the Constitution by threatening existing Medicaid funding. Congress has no authority to order the States to regulate according to its instructions. Congress may offer the States grants and require the States to comply with accompanying conditions, but the States must have a genuine choice whether to accept the offer.[45]
[ . . . ]
The Federal Government does not have the power to order people to buy health insurance. Section 5000A [of the Internal Revenue Code] would therefore be unconstitutional if read as a command. The Federal Government does have the power to impose a tax on those without health insurance. Section 5000A is therefore constitutional, because it can reasonably be read as a tax.[46]

Justices Scalia, Kennedy, Thomas, and Alito signed a joint dissent in which they argued that the individual mandate was unconstitutional because it represented an attempt by Congress to regulate beyond its power under the Commerce Clause.[49] Further, they argued that reclassifying the Individual Mandate as a tax rather than a penalty in order to sustain its constitutionality was not to interpret the statute but to re-write it, which they deemed a troubling exercise of judicial power.[50]
There was speculation that the joint dissent was the original internal majority opinion, and that Chief Justice Roberts' vote changed some time between March and the public issuance of the decision.[51][52][53] Paul Campos, a professor of law at the University of Colorado at Boulder, for example, quotes the following passage from the joint dissent:[51]
Finally, we must observe that rewriting §5000A as a tax in order to sustain its constitutionality would force us to confront a difficult constitutional question: whether this is a direct tax that must be apportioned among the States according to their population. Art. I, §9, cl. 4. Perhaps it is not (we have no need to address the point); but the meaning of the Direct Tax Clause is famously unclear, and its application here is a question of first impression that deserves more thoughtful consideration.
Campos then concludes that: "The dissenters are saying that construing the mandate as a tax would require them to address a constitutional question that they don’t have to address. But the only reason the Court would not have to address this question is if the majority in fact refused to construe the mandate as a tax – which is exactly what the Court’s majority ended up doing.

NATIONAL FEDERATION OF INDEPENDENT BUSINESS ET AL.V. SEBELIUS
 

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