1) La opción menos mala sería que el Banco Central Europeo asegurara la liquidez de los Estados e instituciones financieras solventes.No debería ser intelectualmente difícil argumentar que la compra de deuda es compatible con una estabilidad financiera continuada, puesto que la base monetaria ha estado creciendo a un mero 2 por ciento anual.
2) ¿Qué debería suceder si el gobierno alemán decidiera que no podía apoyar tal acción?.El Banco Central Europeo debería ir adelante con ella antes que permitir que un colapso en cascada se disparara. Entonces Alemania tendría la opción de abandonar el euro, quizás con Austria, Holanda y Finlandia.
3) En una crisis tan amenazadora para Europa y el mundo, la institución europea con la capacidad de actuar en la escala adecuada debería atreverse a hacerlo, puesto que los costes de no hacerlo así serían devastadores.Ello daría lugar seguramente a una crisis política, pero esta sería preferible a la crisis financiera desatada por el fracaso en la actuación requerida.
4) Al final Alemania debe elegir entre una eurozona muy diferente de la más grande esperada o ninguna eurozona en absoluto.Reconozco cuánto deben odiar sus líderes y ciudadanos verse obligados a resolver sobre esta alternativa.Pero esta es la que encuentran frente a ellos.La Canciller Angela Merkel debe ahora atreverse a decidir, clara y abiertamente.
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