Licencia Creative Commons

Tuesday, February 26, 2008

LA CRISIS ECONOMICA MUNDIAL


Martin Wolf, uno de los más informados autores sobre la crisis actual, remite en uno de sus últimos artículos al anuncio que hizo en 2006 Nouriel Roubini sobre la presente recesión americana. El trabajo del profesor Roubini puede encontarse aquí

http://www.rgemonitor.com/blog/roubini/142759/

Más recientemente, también en el Financial Times y en relación con los problemas de la globalización financiera, Rodrik y Subramanian señalan que el descontrol de los flujos de capital a nivel internacional está en el origen de las tres últimas crisis mundiales , la latinoamericana (80), la asiática (90) y la actual (07).

Los autores señalan que son necesarios mecanismos para actuar a nivel interno sobre la cuenta de capital y que los problemas de sobrevaloración de divisas constituyen una cuestión de tarifas de importación y susbsidios de exportación que debería abordarse en el seno de la Organización Mundial de Comercio con el asesoramiento del Fondo Monetario Internacional.

En el mismo artículo mencionan que la actuación de los Fondos de Inversión Soberanos debe abordarse en el marco del Acuerdo General sobre Servicios de la OMC y que existen precedentes en el ámbito de la OMC de acuerdos para disciplinar su actividad.

La introducción de estas cuestiones en el debate podría, según los autores, relanzar las negociaciones de la ronda de Doha, situando en la misma intereses fundamentales del sector privado en el ambito de la OMC.

El trabajo "Currency Undervaluation and Sovereign Wealth Funds: A New Role for the World Trade Organization"

by Aaditya Mattoo, The World Bank
and
Arvind Subramanian, Peterson Institute

puede descargarse aquí

Sunday, February 24, 2008

LA CRISIS ECONOMICA MUNDIAL: ¿POR QUE ES TAN DIFICIL TENER REGULADO AL SECTOR FINANCIERO?













¿Cuándo llegará la nueva crisis financiera?. No lo sabemos. Sin embargo, de una cosa podemos estar seguros: si no aprendemos de esta crisis, otra, en el futuro próximo, pondrá de nuevo a la economía mundial sobre las rocas.


El FINANCIAL TIMES ha publicado varios trabajos sobre las lecciones de la crisis: Charles Goodhart de la London School of Economics y Avinash Persaud de Intelligence Capital ofrecieron una “propuesta sobre cómo evitar el próximo crash”(31 de Enero); Francisco González del BBVA debatió sobre “Lo que los bancos pueden aprender de esta crisis de crédito” (4 de Febrero); y Daniel Heller del Swiss Natiuonal Bank argumentó sobre las tres vías para reformar los bonus en el sector financiero (4 de Febrero).La esencia del argumento del Sr. Heller fue similar a mi propia contribución (“los reguladores deberían intervenir en el sueldo de los banqueros” (15 de Enero), pero sin la coerción regulatoria sobre las medidas.


De hecho, la gran cuestión es si las lecciones deben convertirse en regulación bancaria. Los oponentes optimistas de la regulación argumentan que los bancos han aprendido su lección y se comportarán más responsablemente en el futuro. Los oponentes pesimistas temen que los legisladores puedan crear una réplica de la Sarbanes-Oxley.La ley aprobada por el Congreso americano en 2002, después de Enron y otros escándalos, que dicen fue lo suficientemente mala, Los bancos podrían sufrir ahora algo peor.


“Duerman sobre ello” es mi réplica a los optimistas. A los pesimistas les digo: sí. el riesgo de la sobre regulación es real pero también lo es el de no hacer nada.

Dos características brillan en nuestro sistema financiero en las tres décadas pasadas: su habilidad para generar crisis y el desfase entre el riesgo público y la recompensa privada. Sobre la primera, es verdad que ninguna de las crisis financieras del periodo ha dañado gravemente la economía mundial, aunque algunas han devastado economías de países enteros. Pero es probablemente una cuestión de tiempo. ¿Qué sucedería ahora si la inflación americana estuviera fuera de control o si el apoyo extranjero oficial al dólar fuera retirado?.Una profunda y prolongada recesión sería probable, con consecuencias económicas y políticas devastadoras.


También es verdad, sobre la segunda característica, que el sector bancario es el receptor de ayudas públicas masivas, implícitas y explícitas: ha sido asegurado contra el riesgo de iliquidez; muchas de sus obligaciones parecen ser créditos contingentes contra el Estado; y los bancos centrales crean una curva de tipos creciente en cualquier lugar en que los bancos estén descapitalizados, ofreciendo con ello una transferencia directa a cualquier institución capaz de tomar prestado al tipo bajo y de prestar al alto.


Adicionalmente, las instituciones financieras sufren de problemas masivos de agencia-entre clientes e instituciones, accionistas y dirección y dirección y resto de empleados-.Todo ello está exacerbado por la dificultad de seguir la calidad de las transacciones hasta mucho después de que se hayan realizado.


Consideremos, por ejemplo, el proceso que ofreció los préstamos “subprime” a los inversores en vehículos de inversión especiales(SIVs).En medio de los prestamistas últimos y los tomadores de riesgo se encontraban los originadores de los préstanos, diseñadores y empaquetadores de activos asegurados, agencias de rating, comerciales vendedores , directivos de los bancos y SIVs y directivos de los fondos, de pensiones y otros. Dado el número de agentes y la cantidad de información asimétrica, resulta llamativo qué poco fracasó.


Sin embargo, grandes riesgo se han tomado, Los Estados Unidos parecen un “hedge fund” gigante. Los beneficios de las compañías financieras saltaron desde menos del 5% de todos los beneficios corporativos, después de impuestos, en 1982 al 41 por ciento en 2007, incluso aunque su participación en el valor añadido corporativo solo creció desde el 8% al 16%.Los márgenes de beneficios bancarios ha sido fuertes hasta muy recientemente. Ahora, al final, las ganancias por acción y los valores se han colapsado.


Pero ¿puede hacerse algo para contener la toma de riesgos que ello implica?.Para contestar,debemos distinguir entre controles “microprudenciales” sobre las instituciones y controles “macroprudenciales” sobre el sistema entero.

Sobre los primeros, el consenso de los reguladores parece ser que necesitamos ajustes al sistema existente. Ello podría incluir: mayor atención sobre el manejo de la liquidez tomando en cuentas los requisitos de capital de Basilea II; mayor prueba de los modelos de “valor en riesgo”; mayor transparencia en los negocios y mayor independencia de las agencias de rating de los emisores.


Argumentaré, sin embargo, que nada de esto representará una diferencia suficiente. Los reguladores deben prestar también atención a los incentivos-particularmente la estructura de pago- en el interior del negocio. También, adiconalmente, que los reguladores tendrían que adoptar un enfoque más serio que el que la mayoría adoptó en el pasado ciclo.


El punto crucial, sin embargo, afecta a la regulación macroprudencial. Como ha destacado William White del Bank for International Settlemnet, los bancos casi siempre entran en dificultades juntos. El ciclo más reciente de locura de préstamo, seguido de pánico y sobrereacción, es un ejemplo paradigmático.


Una respuesta sería elevar los requisitos de capital contracíclicamente, en respuesta al crecimiento del crédito, como los profesores Goodhart y Persaud sugirieron. Ellos también sugieren un ratio máximo variable del préstamo-valor del bien en las hipotecas. Mr White añade la necesidad de una política monetaria más estricta.

Todas ellas son ideas razonables.Sin embargo, como Mr White también destaca, las presiones contra “retirar el perolo del ponche justo después que la fiesta empieza”, en la frase famosa del antiguo gobernador de la Fed William McChesney, es formidable. Además de la inercia burocrática, tal acción está sujeta tanto a la incertidumbre inevitable sobre el peligro de las tendencias en curso como a la resistencia de los intereses privados. Todavía más, los reguladores están en peligro constante de perder de vista el bosque sistémico por los árboles institucionales. Añadiré a ello el simple hecho de que la libertad de la política monetaria americana se encuentra constreñida por la política monetaria y cambiaria de otros, notablemente de China.


Al final nos encontramos frente a un dilema. De un lado tenemos un sector financiero que ha demostrado capacidad para generar enormes crisis como consecuencia de los incentivos para tomar riesgos infravalorados. De otro, carecemos de la voluntad y capacidad para regularlo.


A pesar de todo no tenemos otra alternativa que intentarlo. Un sector financiero que genera enormes recompensas para los que están dentro y crisis repetidas para los cientos de millones de inocentes espectadores es, yo afirmo, políticamente inaceptable en el largo plazo. Los que quieran que prospere una globalización orientada por el mercado reconocerán que este es su talón de Aquiles. Una acción efectiva debe tomarse ahora, antes de que una crisis global mayor llegue.




MARTIN WOLF

martin.wolf@ft.com

Sources for charts: Smithers and Co; Thomson Datastream

Copyright The Financial Times Limited 2008

(Traducción de Guillermo Ruiz)

Esta obra de traducción está bajo una licencia Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 España de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/es/ o envie una carta a Creative Commons, 171 Second Street, Suite 300, San Francisco, California 94105, USA.



Saturday, February 2, 2008

LA CRISIS ECONOMICA MUNDIAL

LA APUESTA DE BERNANKE POR REFLOTAR LA ECONOMIA PODRIA FUNCIONAR DEMASIADO BIEN
La Reserva Federal puede ser cualquier cosa menos aburrida.De hecho, juzgada por los estándares de otros bancos centrales es hiperactiva.El shock de la reducción de 0,75 puntos en el tipo de interés de los fondos federales la semana pasada, especialmente si es seguida por la ampliamente esperada reducción de 0,50 puntos el Miércoles es un ejemplo dramático.La Fed es el prototipo de un banco central activista.Pero las autoridades fiscales de los Estados unidos no se quedan a la zaga como el paquete de la reducción de 150.000 millones (1% del PIB) demuestra. ¿Qué están tratando de hacer las autoridades fiscales y monetarias?.¿Funcionará?.¿Cuáles son los riesgos?.¿Deberían otras autoridades seguirlos?.La urgencia de estas cuestiones quedó clara en el Foro Económico Mundial de Davos la semana pasada.El consenso fue pesimista.Afortunadamente el consesnso de Davos se equivoca habitualmente. Ciertamente,La Fed está tratando de probarlo así esta vez.

La respuesta a la primera cuestión es: aplica la "gestión del riesgo”.Este enfoque está asociado a Alan Greespan, el Presidente anterior de la Fed.Pero es también central al pensamiento de la Fed bajo Bernanke.

El gobernador de la Fed Frederic Mishkin, que está intelectualmente próximo a Bernanke, ha articulado esta teoría en una alocución reciente y fascinante*.En esencia, El señor Mishkin argumenta que la combinación en la economía de realidades no-lineales, incertidumbre y una alta probabilidad de resultados extremos (denominados “colas gruesas”) justifica la focalización de la Fed en los riesgos extremos:este es el principio de precaución aplicado a la politica monetaria.En tiempos de alta incertidumbre, la poltíca debería ser tempestiva, resuelta y flexible.La respuesta de la Fed al derrumbe bursátil del último lunes demostró estas cualidades.Incluso los notoriamente lentos irresueltos e inflexibles titulares de la polídica fiscal estadounidense están tratando de seguir a la Fed.

¿Funcionarán estas medidas?.Necesitamos precisar que significaría “funcionar”.La definición obvia es la propia de la Fed, es decir, la eliminación de cualquier riesgo de caída en una deflación al estilo japonés.Alternativamente, uno podría tomar los objetivos políticos no partidistas – el retorno rápido a un crecimiento robusto- como la definición de éxito.

La respuesta a esta cuestión es que la política funcionará si se sigue con suficiente rudeza.Aquellos que ven los paralelismos entre la situación estadounidense de alta deuda interna, precios de activos a la baja y una crisis del sector financiero con la situación japonesa de los 90 podrían dudar de ello.

Pero, a pesar de los paralelismos preocupantes, la situación de partida de Japón era peor: sus activos estaban más sobrevaluados y sus compañías más endeudadas.La respuesta de Japón también se retrasó más.En la medida en que la inflación no llegue ser un gran motivo de preocupación, la expansión monetaria y fiscal reflotará la economía estadounidense.Si lo peor llega a ser lo peor, un banco central puede financiar el déficit fiscal casi sin límite.

Es verdad que los pesismistas argumentan que la combinación de precios de activos a la baja con elevado endeudamiento de las familias y un sistema bancario frágil significa que la política monetarias es, en las celebradas palabras de John Maynard Keynes, como “empujarse sobre una cuerda”.

Puede que la situación no sea tan mala.Pero, por sí misma, la politica monetaria no actuará rápidamente a no ser que se emplee a gran escala.El caso para una actuación fiscal parece claro.

Aún así, en las circuntancias actuales de los Estados Unidos, la politica monetaria laxa debería tener algunos efectos expansivos: incentivará la refinanciación de las hipotecas;debilitará el tipo de cambio y mejorará las exportaciones netas; y sobre todo reforzará la salud de los bancos dándoles préstamos gubernamentales baratos.

Esto nos lleva a la cuestión más importante: ¿cuáles son los riesgos?.Desfortunadamente son grandes.Uno es la continuación indefinida de un excesivamente bajo porcentaje de ahorro nacional.Otros son una pérdida de confianza en la divisa y una inflación más alta.Otro más es una nueva tanda de burbujas de activos y expansión del crédito como la que creó la presente crisis.Después de todo, la fragilidad financiera que ser invoca para justificar las medidas actuales de la Fed es, en una gran parte, el resultado directo de los esfuerzos pasados de la Fed y de la gestión del riesgo que recomienda el Sr. Mishkin.

Pero sobre todo los riesgos no son solo domésticos.Si las autoridades tienen éxito en la reactivación de la demanda interna ello revertirá la disminución en el déficit por cuenta corriente.Reducirá la presión sobre otros países para cambiar su tipo de cambio, y las politicas fiscales, monetarias y estructurales que han forzado a los Estados Unidos a absorber la mayor parte de los inmensos superávits de ahorro del resto del mundo.

Parece que los Estados Unidos están sacando adelante su embite, al menos de momento.Un indicador es el descenso en los tipos de interés a largo y el mantenimiento de las expectativas inflacionistas, reflejada por el desfase entre los bonos del Tesoro convencionales y aquellos a prueba contra la inflacción.Otro es el reciente mantenimiento del dólar.

Finalmente, no ha habido un resurgimiento de la inflación básica, aunque lo mismo no puede decirse de la inflación que incluye los alimentos y la energía.

Es concevible, entonces, que el consenso politico que emerge en Washington ofrezca la respuesta macroecómica correcta a la presente crisis.Pero es arriesgada.Sobre todo, si la modesta reducción del crecimiento económico prevista por el FMI es correcta, la reaccción podría incluso ser excesiva.

Por encima de todo, sería mucho mejor si la demanda se expandiera en el resto del mundo, como Dominique Strauss-Kahn, director general del FMI, ha argumentado aquí.Esto facilitaría el ajuste entre los masivos desequilibrios externos, que como he argumentado la semana pasada son la raíz del crecimiento del crédito en los Estados Unidos, de la acumulación de deuda y de la fragilidad financiera.

Encuentro imposible contemplar lo que los Estado Unidos intentan hacer sin sentirme severamente contrariado.Si tienen éxito renovarán, y en el peor escenario exacerbarán, la fragilidad, doméstica e internacional, que desencadenó la crisis.Si fracasan, los Estados Unidos y una buena parte del resto del mundo podrían sufrir un prolongado período de debilidad económica.Se trata de una elección desagradable.Pero esta elección muestra la extrema debilidad de la economía mundial y particularmente la del sistema financiero.

La prioridad inmediata debería ser la adopción de politicas a escala mundial que permitieran una gran caída del déficit por cuenta corriente estadounidense sin un debilitamiento prolongado de la economía mundial.Con ello, la economía mundial podría salir de la crisis con mejor salud.Sin ello, nuevas crisis vendrán con seguridad en el futuro.Los Estados Unidos no pueden hacer esta elección.Ella está en manos del resto del mundo.
Martin Wolf

Copyright The Financial Times Limited 2008
*Monetary Policy Flexibility, Risk Management, and Financial Disruptions, http://www.federalreserve.gov/newsevents/speech/mishkin20080111a.htm
(Traducción al castellano de Guillermo Ruiz)
Esta obra de traducción está bajo una licencia Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 España de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/es/ o envie una carta a Creative Commons, 171 Second Street, Suite 300, San Francisco, California 94105, USA.