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Sunday, April 23, 2006

LA CRISIS CONSTITUCIONAL Y EL AUSTRACISMO MODERNO

Como transitorio punto final a los comentarios previos sobre la situación planteada por las reformas estatutarias en curso, reproducimos estos certeros comentarios que José María Ruiz Soroa publicó en EL PAIS del 23 de Febrero pasado con el Título "¿Un austracismo moderno?":
"Sé bien que muchos pretenden presentar el Estatut como un paso hacia un modelo federal (o federalizante).Me temo que se trata sólo del voluntarismo de cierta izquierda dispuesta a hacer de la necesidad virtud y, por ello, a adornar la realidad con un velo piadoso: piadoso no tanto por lo de federal (el sistema autonómico siempre ha sido federal en sus contenidos) cuanto por lo de modelo.Un modelo es un esquema intelectual reductor de la complejidad de la realidad estudiada que permite comprenderla (función epistemológica) y manipularla (aspecto práctico).Pues bien, en la organización territorial española no existe ese tipo ideal , ni explicativo ni orientador.
(...)

Se ignora el hecho de que todo sistema descentralizado tiene su punto de equilibrio, aquel en que el centro es capaz de cumplir eficientemente su papel esencial de reductor de las complejidades y asimetrías.Superado ese punto por un incremento exponencial de la complejidad, el sistema funcionaría mejor suprimiendo el centro mismo (o al revés, con una recentralización), pues el coste de mantener la unidad del sistema es superior al beneficio que deriva de su existencia.Hay razones poderosas para sospechar que en España estamos cerca (¿más allá?) de este punto y que la complejidad es excesiva”.

Por cierto, que el autor se muestra más "comprensivo" con las autonomías en las que el sistema de partidos coincide con el del conjunto de España.Los líderes autonómicos, sin embargo, hace tiempo que dan muestras sobradas de que su principal interés es aumentar su cuota de poder.No obstante, el autor señala que en estos años se ha “generado un patrimonio institucional y burocrático que garantiza a sus élites políticas unos nichos de actividad muy rentable”.Nadie, en las élites políticas, parece prestar atención a este preocupante fenómeno.

Si no hay modelo, qué es la "España plural" de nuestros políticos:


“una vaga añoranza de una concreta experiencia histórica, la de la España horizontal o austracista.Es decir, aquella unión en un vértice monárquico común de una serie de reinos y provincias dispares, cada uno con su identidad e instituciones propias, que existió con los Austrias en el siglo XVII.Ahora bien el riesgo de añorar eses pasado no radica tanto en su calidad intrínseca cuanto en las dificultades de implementar un esquema premoderno en una sociedad que ha cambiado mucho desde entonces (...)

Como descubrió el conde duque de Olivares cuando los Austrias se peleaban con media Europa, la organización austracista no era precisamente un ejemplo de eficiencia ni de equidad distributiva de las cargas entre los reinos.

Esperemos que no tengamos que llegar también nosotros a la misma conclusión dentro de pocos años, cuando el exterior nos plantee inaplazables desafíos”

Sólo añadir que no tenemos años, que los desafíos están ya aquí y que no se van a marchar.Habría que empezar por reconocer la crisis, evaluarla y actuar sobre ella.Antes de que sea tarde para ello. Como es una cuestión "constitucional", los partidos no deberían tener ningún monopolio o veto sobre ella.

Friday, April 7, 2006

¿MODELO FEDERAL O CONSTITUCIONAL?

De acuerdo con lo indicado en la web http://www.estatuto.info/ , el catalanismo es federalismo en el sentido siguiente:

"CATALANISMO ES FEDERALISMO

Como ya hemos insistido a lo largo del documento, el catalanismo político no es un movimiento monolítico, unívoco; sino que, al contrario, una de sus características más marcadas en su variedad de tendencias. No se reduce a una clase social, a una ideología, a un programa político. Tiene, como ya lo hemos visto, un elemento definidor común a todos ellos: la lucha en defensa de la personalidad de Catalunya y de su autogobierno. Es también un movimiento que pide o exige la reforma democrática del Estado español porque su visión de los pueblos de España es antagónica con el centralismo. Dentro del catalanismo autonomista encontraremos toda una gran corriente que es federalista. A su lado encontraremos el catalanismo regionalista, que procede de las tradiciones del foralismo tradicionalista.

A finales de este siglo el federalismo es, quizás todavía más, un aspecto decisivo de nuestro proyecto catalanista.

Un paso adelante en el pacto constitucional

Nos encontramos en una nueva situación que nos pide un paso adelante en el pacto constitucional para avanzar en la consolidación de una España plurinacional, democrática y federal. Veintisiete años después de la Constitución, España ha cambiado mucho. Con la Constitución han acabado con aquel Estado centralista, unitarista, autoritario que sólo perdura en las actitudes personales de algunos gobernantes. Hemos conseguido ir desplegando una reforma en profundidad del viejo Estado centralista. La Constitución de 1978 consagra un modelo de organización territorial del poder político que pretende responder a la vez a un doble reto: por un lado, resolver el problema histórico de la articulación territorial de España, y por otro, proponer la aproximación de los centros de decisión política a la ciudadanía. Establece un modelo abierto, dinámico y flexible, que permite perfectamente la lectura federal de la Constitución y que ha ayudado a la transformación de un Estado muy centralizado impulsando el Estado de las autonomías."

Todo lo anterior es, en el plano de las ideas políticas, legítimo y, por ello, trivial.Lo que no es constitucional ni jurídicamente cierto es algo tan sencillo, también, como lo siguiente:
i) No es posible dar "pasos adelante" en el pacto constitucional sin reformar la Constitución por el procedimiento constitucionalmente previsto.
ii) La Constitución no establece un "modelo abierto, dinámico y flexible, que permite perfectamente la lectura federal de la Constitución".
iii) No existe ninguna Constitución "abierta, dinámica y flexible" que permita su reforma por medios distintos del procedimiento de reforma constitucional.
Los límites constitucionales en cuanto al sistema autonómico de distribución territorial del poder han sido reiteradamente defendidos por el Tribunal Constitucional.También por el Consejo de Estado que en su último informe sobre la reforma constitucional destaca lo siguiente:
“Los límites de la apertura (del sistema de distribución territorial del poder en España) son , en principio, los establecidos por las competencias exclusivas del Estado que enumera el artículo 149. No obstante, el artículo 150 crea una posibilidad de ir más allá de esos límites, aunque, como más adelante se indica, esa eventual ampliación no puede ser impulsada a través del procedimiento de reforma estatutaria, o dicho de otro modo, no deber ser entendida como consecuencia del principio dispositivo”
El texto completo del Dictamen puede consultarse aquí
La Constitución es, en primer lugar, una norma jurídica que define derechos de los ciudadanos y límites de los poderes públicos.La modificación de estos derechos y la ampliación de los límites de los poderes públicos exige una reforma constitucional.Es así en este caso.La "adaptación permanente" pretende ser la cuadratura del círculo.