La rápida evolución de la crisis financiera y económica ofrece múltiples facetas y cambios en los diagnósticos y remedios propuestos y aceptados.
Por lo que se refiere a la crisis de las entidades financieras, el último informe publicado por Fondo Monetario Internacional cifra las pérdidas en 2, 2 trillones americanos de dólares, frente a la estimación previa de Noviembre de 2008 de 1,3 trillones americanos de dólares. Asimismo cifra las necesidades de capital de los bancos e instituciones financieras en los Estados Unidos y en Europa en 0,5 trillones americanos de dólares.
El informe recomienda, por último, la solución consistente en que los activos malos (no solo los activos ilíquidos o de difícil valoración) sean transferidos por las entidades a un “banco malo” de titularidad estatal que asuma la liquidación de los mismos y, en un período más o menos largo, las pérdidas asociadas.
De los programas de adquisición de activos para financiación y las recapitalizaciones ya realizadas se llega ahora a la alternativa del saneamiento de los balances de las entidades transfiriendo sus activos con problemas a un “banco malo” de titularidad estatal.
En Alemania, el Plan ya está en marcha y consistirá en que cada banco escindirá sus activos malos transfiriéndolos a u nueva entidad, sin reconocer pérdidas. La nueva entidad tampoco estará obligada a valorar los activos según su valor de mercado. Para que ello sea posible, aunque los detalles no se conocen todavía, parece necesario que los Bancos cedentes de los activos malos sustituyan su valor con algún activo que cuente con la garantía del Estado. Según la Información, esto se haría utilizando los fondos comprometidos por avales públicos por importe de 400,000 millones de euros y extendiendo el plazo de los mismos de tres a cinco años, lo que exigirá una nueva autorización de la Comisión europea. Una vez que los bancos se hubieran desecho de los activos malos de esta manera podrían acceder a nuevo capital proporcionado también por el Estado. Según la Información, una condición del plan es que las pérdidas no sean soportadas por los contribuyentes. No parece fácil entender cómo será esto posible en el esquema mencionado, a no ser que se diga que el Estado recuperará a largo plazo de los Bancos estos importes en una forma todavía no determinada. En esencia, el Plan responde a la necesidad de afrontar un problema de solvencia de entidades y/o de dificultades de reponer el capital perdido por la disminución del valor de los activos. Un fase que nada tiene que ver con la previa en que las medidas obedecían a la restauración de la liquidez.
En cualquier caso, debe destacarse que el origen del problema actual está, según los economistas (NYUSTERN Viral Acharya y Julian Franks : Por qué las garantías de los gobiernos son una espada de doble filo), precisamente en que el elevado apalancamiento previo de los bancos ha sido posible por un coste no real de sus endeudamiento precisamente por contar con la garantía implícita del Estado. La solución, por tanto, tendría como premisa el propio origen del problema.
Por ello, un autor como Willem Buiter propone como solución precisamente la contraria (The good bank solution), que se creen tantos Bancos buenos de titularidad estatal como bancos malos y que estos reciban los activos buenos de los bancos en dificultades. La gestión de los nuevos bancos buenos será totalmente privada y tendrá como objeto restaurar el crédito a las empresas y familias. Una vez resuelta la crisis, los bancos buenos serían privatizados:
“The ‘good bank’ model with its state-owned and funded good bank(s) and its legacy bad banks that retain their current ownership structure is superior to the ‘bad bank’ model in which the state owns the new bad bank(s) and the legacy banks (now good banks since the removal from their balance sheets of the toxic assets) retain their current ownership structure. First, the good bank model only requires the good assets to be valued, which is a lot easier than the bad bank model. Second, the good bank model concentrates government financial support on new lending and investment flows and on new bank borrowing, and does so through an institution owned by the tax payers and where the tax payers have a chance of some upside when the banks are privatised in due course.
Finally, which politician would not prefer to be associated with the creation of a good bank rather than with the creation of a bad bank?”
“Consider this statement from Geithner, who said that Treasury is considering a “range of options” for its financial rescue plan, with the goal of preserving the private banking system. “We have a financial system that is run by private shareholders, managed by private institutions, and we’d like to do our best to preserve that system.”
No! Defending these idiots was your old gig. In the new job, you no longer work for the cretins responsible for bringing down the global economy. Please stop rationalizing their behavior, and preserving the status quo!
Yesterday’s 13% surge in bank stocks is a clue as to what an obscene taxpayer giveaway this “bad bank” plan is — its free money for the firms that caused the problems, many of whom still have the same incompetent management in place that caused the problem. Purging toxic assets from bank balance sheets, without punishing the management, shareholders and creditors of these institutions for their horrific judgment will only encourage more of the same in the future. Its moral hazard writ large.”
Entre nosotros, aunque retrasado, el "debate" sobre el “Banco Malo” para hacer buenos a otros "empezará" también pronto.La realidad, sin embargo, siempre va más deprisa.Por eso ni siquiera suele haber debates.