"Sr. Presidente y miembros del Comité, mi nombre es Lawrence Lessig, soy Profesor en la Facultad de Derecho de Stanford. Durante la década pasada he estudiado la relación entre la tecnología y las políticas que afectan a Internet y, en particular, la relación entre la arquitectura de Internet y la innovación. Estoy por tanto satisfecho de tener la oportunidad de abordar la cuestión que esté Comité está ahora considerando-si el Congreso debería promulgar normas legales que protejan la neutralidad en Internet.
Para contestar a esta cuestión, este Comité no debe olvidar un hecho fundamental sobre Internet: tal y como estudiosos y teóricos de redes han documentado por extenso, la innovación y crecimiento explosivo de Internet está directamente vinculado a su especial diseño “arquitectónico”. Fue en gran parte debido a que la red respetó lo que Saltzer, Clark y Reed llamaron “principio extremo-a-extremo” por lo que tuvo lugar su crecimiento explosivo. Si este Comité quiere preservar este crecimiento e innovación, debería tomar medidas para proteger este fundamental diseño.
En mi opinión, la acción más importante que este Gobierno ha tomado para preservar el diseño “extremo-a-extremo” de Internet fue la decisión del Presidente de la FCC Michael Powell de preservar lo que denominó cuatro “Libertades de Internet”.Trabajando sobre una idea previamente presentada a este Comité por Craig Mundie (de Microsoft) en 2002, estas “Libertades de Internet” establecieron por primera vez una regulación federal para asegurar que los propietarios de redes no utilizan tecnologías que debiliten el ambiente para la innovación que Internet inicialmente creó. Estos principios fueron aplicados por la FCC cuando impidió al proveedor de DSL Madison River Communications que bloqueara los servicios de voz sobre IP (VOIP). Esta acción de aplicación de la ley envió a los proveedores de acceso un claro mensaje: el Internet que ellos podrían ofrecer debía seguir respetando el diseño “extremo-a-extremo” que promueve la innovación.
Creo que el Congreso debería ratificar las “Libertades de Internet” propugnadas por Powell haciendo de ellas una parte de la ley básica de la FCC. Sin embargo, en el tiempo transcurrido, desde que el Presidente Powell anunció estos principios ha quedado claro que los mismos carecen de un requisito importante. Las ahora abiertas intenciones de AT&T y otros para introducir el “acceso por escalones” a Internet amenazan con debilitar la competencia en el ámbito de las aplicaciones ejecutadas sobre la red. El Congreso debería actuar para evitar este resultado.
El “acceso por escalones”[1] a Internet creará un obvio incentivo para el efectivo duopolio que ahora ofrece acceso de banda ancha a la mayoría de los americanos. Reservando efectivamente canales restringidos de banda ancha, esta forma de escalonamiento restringirá a muchos la oportunidad de ofrecer nuevos servicios en Internet. Por ejemplo, hay muchos nuevos servicios de video generados por los usuarios en Internet, tales como Google Video, YouAre TV, y youTube.com.
En un entorno de “acceso escalonado” los incentivos serán vender a los postores más altos la calidad de servicio necesaria para proporcionar servicio de video, y dejar el resto banda ancha insuficiente para competir. Esto puede beneficiar a las compañías establecidas, pero perjudicará seriamente a los nuevos innovadores.
La oposición al “acceso por escalones” sin embargo no es oposición a todo “escalonamiento”. Creo, por ejemplo, que el escalonamiento a nivel del consumidor debe ser incentivado. Los proveedores de acceso necesiten incentivos para construir mejores servicios de banda ancha. El escalonamiento a nivel del consumidor proporcionará estos incentivos.
El escalonamiento a nivel del consumidor, sin embargo, no debería discriminar entre proveedores de contenido o aplicaciones. No hay nada erróneo en el hecho de que los propietarios de la red digan “garantizaremos servicios rápido de video en su cuenta de banda ancha”. Hay algo especialmente erróneo en el hecho de que los propietarios de la red digan a los proveedores de contenidos o servicios que no puedan acceder a una red de banda ancha a menos que paguen por ello un impuesto o contraprestación de acceso.
No quiero decir “erróneo” en el sentido de inmoral o no equitativo. Mi argumento no tiene que ver con la justicia social en el acceso a Internet. Quiero decir “erróneo” en el sentido que tal política inevitablemente debilitará la competencia en la aplicaciones que se ejecutan sobre Internet, y esto, a su vez, debilitará el crecimiento de Internet.
El crecimiento de Internet es una parte esencial del crecimiento económico de la Nación. En mi opinión, el Congreso debería tomar medidas para asegurar que la concentración en el acceso de banda ancha no se traslada a una reducción de la competencia sobre las aplicaciones en Internet. Una política de “neutralidad de red” que combinara las “Libertades de Internet” del Presidente Powell con el requisito de que los proveedores de acceso aseguraran un nivel de servicios básico de Internet ,y con escalonamiento sólo a nivel del consumidor, promovería el crecimiento económico.
1. La Internet de extremo-a-extremo inspiró un amplio rango de INNOVACIÓN
Internet inspiró un amplio rango de innovación. Como consecuencia de su diseño arquitectónico esta innovación ha venido principalmente de la “frontera” o “extremo” de la red a través de la competencia en las aplicaciones. Como los arquitectos de la red Jerome Saltzer, David Clark y David Reed describieron, Internet originariamente se fraguó con un diseño de “extremo-a-extremo”, queriendo ello decir que la red en sí misma fue diseñada para ser tan sencilla como fuera posible, siendo la “inteligencia” de la red proporcionada por aplicaciones conectadas en el extremo de la red.
Una consecuencia de este diseño es que los proveedores de acceso no pudieron controlar fácilmente la innovación en el nivel de las aplicaciones que tenían lugar sobre sus redes. Esto a su vez significó que la innovación en estas redes pudo venir de muchos que no tenían ninguna conexión real con los propietarios de la red básica. De hecho, si se consideran algunas de las más importantes innovaciones de la historia de Internet –desde el desarrollo de la World Wide web por un investigador suizo del CERN, al primer servicio de mensajería instantánea de chat, ICQ, diseñado por un joven israelí, y al primer correo electrónico basado en la web (o basado en HTML), Hotmail, desarrollado por un inmigrante indio- todas ellas se caracterizan poR ser innovaciones procedentes de jóvenes o no-americanos: completamente ajenos a los propietarios de la red.
La diversidad de los innovadores no es ninguna casualidad. Minimizado el control por la red, el diseño “extremo-a-extremo” maximiza el rango de competidores que pueden innovar para la red. Mejor que concentrar el derecho e innovar en unos pocos propietarios, el derecho a innovar está abierto a cualquiera y en cualquier lugar. Esta arquitectura a su vez, ha creado una variedad asombrosa de innovación importante y económicamente valiosa. Aquí, como en otros muchos contextos, la competencia ha producido crecimiento, y esta competencia fue asegurada por el diseño de la red.
2. la CONCENTRACIÓN en el acceso de banda ancha amenaza la neutralidad “extemo-a-extremo”.
Muchos (yo incluido) asumieron que la competencia en el mercado de acceso a Internet de banda ancha impediría cualquier perjuicio a la neutralidad “extremo-a-extremo”.
Esta fue la premisa del requisito de “acceso abierto” impuesta a los proveedores de servicios de telecomunicación. La asunción fue que en un mercado competitivo ningún proveedor de Internet (ISP) tendría el poder de mercado necesario para restringir el rango de las aplicaciones ejecutadas sobre Internet. El “acceso abierto” buscó establecer un mercado competitivo de proveedores de acceso, que a su vez, se pensó, protegería la neutralidad de la red.
Esta asunción acerca de la protección por la competencia de la neutralidad “extremo-a-extremo” ha sido cuestionada por investigaciones recientes. Dada la creciente concentración en la provisión de banda ancha, la cuestión de si la competencia entre ISP’s protegería la neutralidad “extremo-a-extremo” es actualmente irrelevante. Tanto si la competencia entre ISP’s es suficiente como si no a este efecto, América no tiene en la actualidad suficiente competencia entre ISP’s en el mercado de acceso de banda ancha. En la mayoría de los mercados, un duopolio efectivo controla el acceso a Internet de alta velocidad.
Esta concentración de mercado ha llevado a los propietarios de las redes a propugnar abiertamente cambios en la política aplicable con la finalidad de investir a los propietarios de las redes con un nuevo control sobre las aplicaciones y contenidos que fluyen sobre dichas redes. En los Estados Unidos ha habido incidentes aislados, por ejemplo, de proveedores de DSL bloqueando servicios de voz sobre IP (VOIP). Esta política ha llegado incluso a ser la regla en determinadas jurisdicciones extranjeras. Tal y como se ha informado recientemente, los propietarios de las redes en Estados Unidos y Canada están ahora discutiendo la puesta en vigor del “acceso escalonado” a sus redes.
Estos cambios, si llegan a permitirse, alterarán fundamentalmente el entorno de innovación que hoy es Internet. Con una red que funciona con arreglo al principio “extremo-a-extremo” no hay peligro de que las innovaciones en aplicaciones o contenido sean impedidas por el propietario de la red. Las innovaciones podrán no gustar a los consumidores. Este riesgo es inevitable. Pero una red con funcionamiento “extremo-a-extremo” inhibe el riesgo de que un propietario de la red interfiera con la innovación, bien porque compita con el propio negocio del dueño de la red (por ejemplo, VOIP), o porque el dueño quiera obtener pagos del innovador. Este entorno libre de amenazas induce más innovación en el nivel de las aplicaciones.
Si el principio “extremo-a-extremo” es abandonado, sin embargo, los innovadores deberán incluir en su cálculos el riesgo de la amenaza consistente en que el dueño de la red puede impedir o gravar la ejecución de una aplicación en concreto sobre su red. El incremento de este riesgo reducirá la inversión en nuevas aplicaciones.
Traducción de Guillermo G. Ruiz Zapatero
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[1] Por “acceso por escalones” entiendo cualquier política seguida por los propietarios de la red para condicionar el contenido o el derecho de los proveedores de acceso de proporcionar contenido o servicio sobre la red al pago de una contraprestación. Estas contraprestaciones son independientes de las contraprestaciones básicas de acceso a Internet. Nadie cuestiona el derecho de los propietarios de la red a facturar a Google el bando de ancha que usa. En vez de ello, el “acceso por escalones” añade un gravamen adicional a los innovadores de la red basado en el servicio que en concreto estén ofreciendo.
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